La mayoría de los padres piensan que la mejor forma de educar a sus hijos es darles todo lo que ellos no pudieron tener. Quién no ha oído de sus padres: “Le daré a mis hijos todo lo que yo no tuve», o “Tú harás lo que yo no pude hacer”, pues bien, es momento de enterarte que éstas son dos frases peligrosas, que no siempre conducen a un buen desenlace.
Cuando los padres desean que los hijos realicen todas las metas que ellos nunca pudieron alcanzar, esto puede repercutir en los anhelos y metas, que todo niño se plantea.
Para evitar proyectarte en tu hijo, lo primero que debes hacer es ser consciente de ello. Escribe en una lista aquello que nunca conseguiste, compártelo con tu pareja y con tus hijos. Después de ello, piensa en aquellas actividades que tu hijo trata de evadir o se queja de ellas, si aparece en tu lista, puede que lo estés forzando a practicar algo que a tu niño no le gusta.
Una cosa es practicar con tus pipochos aquello en lo que eres experto, o no te apasiona hacer, y otra es forzar a los hijos a desarrollar las mismas habilidades que tú. ¿Por qué no combinas las actividades favoritas de tus hijos con las tuyas? Esto ayudará a consolidar su relación, además, esta convivencia te servirá para conocer sus necesidades, gustos, miedos y preocupaciones.
Debes saber que los hijos suelen realizan actividades que no les gustan, con tal de no decepcionar a los padres. Escucha atentamente lo que tus peques quieren, debes observar cómo se comportan, antes, durante y después de las clases extracurriculares que estén tomando.
Algo que nunca debes hacer es chantajearlos, un ejemplo muy claro es la siguiente frase: “Si no vas a clase de piano, mama se pondrá muy triste”. Recuerda que los reclamos combinados con sentimientos no son buenos. Nuestro amor no debe condicionarse, si se cumple o no con sus objetivos.
Otra forma en la que puedes saber qué le agrada a tu hijo es preguntando a sus profesores. El profesor escolar deberá identificar a cada uno de los alumnos y saber cuáles son sus habilidades académicas y hacia dónde pueden dirigir sus estudios.
Cuando encuentres las actividades que más le gusten a tus pipochos, debes tener una actitud positiva para motivarlos, así reforzaremos el éxito de las mismas. Si los animas a conseguir una meta, les enseñarás a terminar todo lo que se propongan hacer, pero si alguna vez fracasan, debes enseñarles a gestionar su frustración.
En conclusión, lo mejor que puedes hacer es mostrar a tus hijos lo que te gusta hacer, tal vez despertarás un interés en ellos, pero si no sucede así, no debes obligarlos. Los peques deben practicar lo que más les guste sin temor alguno.