Algunos padres creen que las niñas deben jugar a las muñecas y los niños con carros. Sin embargo, esta visión es muy radical, no solo con carritos y con pistolas los niños son hombres. Al contrario, pueden convertirse en seres violentos.
El problema no es el juguete que selecciona el niño, sino la interpretación que hacen los adultos de elementos como la tasa de té, la muñeca o el carro.
El ser humano ve con más naturalidad que hoy en día un joven use un arete, pero hasta hace poco era visto de manera ofensiva por direcciones sociales o de machismo. Esto prueba que los entornos, las épocas y las modas tienen que ver en el proceso psicológico de los niños.
Según los especialistas, existen muchos juegos neutros, que son para ambos sexos, como los parques. Aunque todavía ocurre en los comerciales de televisión, hace 30 años estaba más marcado el juguete, de acuerdo con el género, pero ahora no se puede obligar a ningún niño a tener uno que no le interesa.
Los juegos no determinan ni el comportamiento sexual ni el género de los menores de edad. Es verdad que los juguetes influyen en su vida, pero el niño está expuesto a 2,500 estímulos distintos.
Los elementos con los que juegan los niños no pueden marcar su futuro sexual. “El hombre tiene unos oficios y la mujer otros”, hay que romper con eso, hoy más que nunca.
La verdad es que las pequeñas y pequeños no tienen idea de lo que significa la programación de géneros. Pero, lo que sí saben es que disfrutan realizando ciertas actividades, ya sea construir, ordenar, jugar un rol, adivinar, y estos juegos pueden ser de cualquier color.
Hoy en día, los roles de género específicos al hombre y a la mujer no están tan marcados en las familias, por lo que no debería impresionarnos ver a una niña que se divierte con un taladro de juguete, imitando cómo su madre instala los cuadros en la pared y acomoda los muebles recién comprados.
Por ejemplo, Lego, que durante años se ha dirigido a los chicos, recientemente lanzó una línea de productos en colores pastel llamada: ‘Lego Friends’ con el fin de atraer también a las niñas.
Desafortunadamente, con esta nueva gama, Lego sugiere que las chicas sólo estamos interesadas en decorar casas, hacer amigas, organizar fiestas e ir a la peluquería, mientras que los chicos crean estructuras impresionantes y son los héroes de la película.
Ahora, hasta los juegos de mesa y de estrategia, que antes eran unisex, son diseñados con “universo de chica” y “universo de chico”, lo cual dificulta la mezcla de jugadores y los intercambios entre niñas y niños.
Es evidente que el interés del marketing es: “dividir para vender mejor” y esto no va de acuerdo con el “jugar juntos”, esencial para lograr un mejor “vivir juntos”.
Recordemos que los juguetes son las herramientas que nos llevan a experimentar, explorar, aprender, socializar y crear, además potencian la imaginación y enseñan valores.
Al elegirlos, no debemos dejarnos guiar por las etiquetas “chico” “chica”, ante todo no olvidemos que los juguetes son referentes de la infancia, y al plantear diferencias por géneros, continuamos construyendo desigualdades.