Un mal hábito que tenemos como padres, es descuidar la salud dental de nuestros peques y es que pensamos que sólo por fines estéticos se le debe dar importancia a la dentadura, cuando la realidad es que la boca es una parte del cuerpo por la que podemos adquirir muchas enfermedades, una simple caries puede desencadenarse en una infección severa.
A partir de los 3 años puedes llevar a tus hijos con el dentista, posteriormente debes continuar con revisiones cada seis meses o una vez al año. En esta edad se puede actuar en los malos hábitos que tenga tu pequeño, así como evaluar el estado de sus dientes y maxilar, para prevenir posibles complicaciones.
Los factores hereditarios son determinantes en que los niños desarrollen dientes chuecos, sin embargo, la mitad de estos casos se ocasionan por malos hábitos que tienen los niños, como la succión digital (chuparse el dedo) o la pérdida prematura de un diente de leche. Por otro lado, una consecuencia de los dientes torcidos es que pueden generarse caries e infecciones en las encías, puesto que son más de difíciles de limpiar.
La boca es un medio de transmisión de muchas enfermedades; al no cuidarla podemos dar lugar a patologías en el sistema respiratorio y circulatorio. En casos extremos, puede haber severos problemas en el niño a la hora de hablar, comer o incluso presentar dolores de cabeza.
¿A qué edad se pueden corregir los dientes?
Es común detectar que un niño tendrá problemas en su dentadura, si le nace un diente definitivo, sin que se haya caído el de leche, o si una pieza le salió torcida, o varios dientes definitivos están encimados; otras veces, los niños pueden tener una dentadura perfectamente alineada, pero con una oclusión (mordida) incorrecta.
Los brackets y aparatos removibles se pueden usar a partir de que nuestros hijos comiencen a cambiar dientes (a partir de los 6 años). Muchos niños sólo necesitan esta primera fase, porque al corregir sus maxilares, todos los dientes se alinean en una posición correcta.
Los niños que siguen teniendo los dientes chuecos, a pesar del tratamiento maxilar, tendrán que usar “retenedores”, los cuales ayudarán a fijar los dientes que se movieron en la etapa anterior.
Sería una mentira decir que el tratamiento de brackets no les duele a los niños, al moverse los dientes y estar bajo presión, nuestros niños presentarán algunas molestias, sobre todo en el primer mes. Además, al tener los aparatos tendrán que tener una limpieza meticulosa.
Recuerda que todo es en beneficio de tu peque, más vale que les duela un poco, a que después presenten problemas graves de salud.