Los peques quieren todo para ellos, y muchos papás caen en el error de complacerlos, con el fin de evitar a toda costa que “sufran”.
Amarlos, cuidarlos y consentirlos no está mal, pero a veces ellos necesitan aprender que no pueden tenerlo todo, y mucho menos a través de un berrinche. Por ello, aquí te contamos algunas acciones para tranquilizar a tu peque:
Dale otra dirección a su atención
Cuando te percates que va a empezar un berrinche, tómalo de la mano y pídele que te acompañe a buscar el alimento que tanto le gusta a su perro; haz que su mirada y su atención se enfoque en otra cosa, que no sea lo que él quiere. Puedes también pedirle que juntos canten su canción favorita, o contarle un cuento, o un chiste.
Abrázalo o levántalo del piso
Lo importante es que le otorgues una explicación. Los niños, al igual que tú como adulto, necesitan razones válidas para saber el porqué de las cosas. Acércate, míralo a los ojos, y con un tono de voz calmado dile: “Te entiendo, sé que quieres que te compre ese chocolate, pero recuerda que no has comido y es necesario que primero lleves comida sana a tu pancita y después compramos el chocolate”. En cuanto concluyas la frase tienes que volver al paso anterior.
Tú eres la autoridad
Con una advertencia basta; puedes decirle: “Estás empezando a perder el control y así no funcionamos, te he dicho que no, y no hay marcha atrás”.
Tómalo de la mano con firmeza (sin llegar a lastimarlo) y llévalo contigo, ignora todo lo que hace o dice. Con esto le estás demostrando que fuiste amable y comprensiva con él, pero que no tolerarás más una mala actitud.
Mantén tu postura
Si lo has hecho bien, a estas alturas el pequeño debe de estar tratando de recuperarse de su “gran decepción”. Es importante que sigas ignorando lo que dice y mantengas tu cara de molestia.
Aún no es tiempo de ser cariñoso con él, si lo haces puede volver al berrinche. Recuerda que nuestros hijos están midiéndonos, hasta que marquemos el límite.
Vuelve al paso 2
Cuando tu hijo ha conseguido mantenerse tranquilo por más de cinco minutos, es momento de hablar con él. Es necesario que vuelvas a explicarle, y dejarle bien claro que no. Pregúntale si ha entendido el por qué le has dicho eso, y escucha lo que te dice, pon atención a las emociones que expresa e invítalo a que no lo vuelva a hacer.
No tengas miedo de darle razones a tus hijos, no importa que tengan 2, 5 o 7 años de edad; no subestimes su entendimiento.
Verás cómo, entre más explicaciones razonables des, más rápido dejarán de hacer berrinche por la misma situación. Si no te das por vencido y lo llevas con firmeza, te sorprenderás de los buenos resultados.