Antes de que tu bebé nazca, es importante que busques un médico pediatra, éste te ayudará a mantener sano a tu hijo y tendrá el mejor remedio para curarlo cuando enferme. Regularmente, mamás y papás acuden con los pediatras que les recomiendan los abuelos, hermanos o primos, sin duda no hay mejor elección que la tuya, tú mism@ debes conocer bien al médico que por muchos años, atenderá a tu pequeño.
La salud es lo más importante en la vida, por ello, los padres de familia depositan toda su confianza con el médico que atenderá a sus pipochos, toma en cuenta que un pediatra no solo atenderá lo relacionado al bienestar físico de un niño, también verá por su bienestar emocional. Un doctor puede ser el mejor para ciertos pacientes y para tu pequeño no, por eso, a continuación, te damos algunos consejos para que tu elección sea la mejor.
Si en tu caso, cuentas con sistema de salud pública, puedes buscar información del especialista que le asignen a tu niño, y conocer la opinión de otros padres sobre él o ella.
1) Observa cómo se comporta el médico con tu bebé en la primera consulta. Un buen pediatra debe ser cariñoso con tu pipocho y amable contigo.
2) Lo primero que debe hace un pediatra, es realizar un examen físico completo.
3) El consultorio del pediatra debe estar limpio e higiénico.
4) Cerciórate que el médico esté a la vanguardia de los últimos avances científicos, para que tenga mejores opciones a recurrir, ante cualquier padecimiento.
5) Un buen pediatra debe utilizar un lenguaje sencillo con los padres, por lo que debe transmitir confianza y ser empático con la familia.
6) Un buen pediatra tiene la capacidad de diagnosticar enfermedades a la primera.
7) El médico debe tener control de las revisiones, así como de las vacunas de tu pequeño; debe hacer un historial clínico de tus niños.
8) Asegúrate que el especialista esté disponible la mayor parte del tiempo, además debe ser accesible a tus preguntas e inquietudes.
Como recomendación final: Antes de acudir a la primera consulta de pediatría con tu bebé, conoce los horarios de visita, si se puede contactar con él o ella por teléfono, en el caso de una necesidad urgente, etcétera. Si en determinado momento no te agrada la consulta con el pediatra, lo mejor es cambiarlo de inmediato.