Regularmente, los padres sólo se preocupan de poner bloqueador solar a sus hijos cuando están en la playa, lo cual es un grave error, ya que los rayos ultravioleta se encuentran en todas partes y afectan la piel en alguna medida, aunque a veces no se puedan percibir a simple vista. Por eso a continuación te damos siete tips para que protejas la piel de tus hijos.
1. Busca la sombra
Debes saber que la sombra no es una barrera real del sol, pues se filtran los rayos ultravioleta, lo mejor es que le pongas a tus peques una playera con manga larga o una gorra.
2. Utiliza el protector solar correcto
Recuerda que los mejores protectores solares deben tener un FPS mayor a 30, eso significa que su efecto de protección dura 30 minutos. Para elegir el protector adecuado para tu bebé debes consultar a su pediatra.
3. No lo expongas a medio día al sol
Entre las 12 y las 4 de la tarde es cuando los rayos UV se filtran más, por eso evita exponer a tus hijos en estas horas para evitar quemaduras en la piel.
4. Protege sus ojos
Los rayos ultravioleta también afectan los ojos de tus peques, por tal razón te pedimos que le coloques a tus hijos unas gafas y una vicera o gorra para protegerlo de la exposición a la luz.
5. Días nublados
Aunque el día esté nublado es necesario que le coloques a tus peques protector solar. Las nubes atenúan un poco la radiación UV, sin embargo, la radiación que pasa es suficientemente intensa como para quemar la piel.
6. Hidrata a tus peques
Esté el día muy soleado o no, debes hidratar bien a tus hijos, por el bien de su digestión y para que su piel también esté sana. Un niño menor a 10 años debe tomar un litro y medio diario, lo que equivale de 4 a 6 vasos.
7. Toma precauciones en la playa y en la nieve
Cuando lleves a tus hijos a la playa o a algún balneario, debes extremar precauciones en su piel, sobre todo si su piel es delicada, ya que el agua y la arena producen un efecto espejo con el sol. Además de colocarle gorro y gafas, procura usar prendas con protección solar para evitar quemaduras en las zonas más sensibles.
También la nieve es un lugar peligroso para nuestros ojos, pues refleja la radiación y aumenta el daño hasta 100 veces más.