¿Cuándo fue la última vez que vieron a un grupo de niños en la calle sin la compañía de algún adulto?
Los datos son escalofriantes: los niños del mundo pasan el 90% de su vida en espacios cerrados y un 5% de los niños no juega nunca fuera de casa. Los niños nunca han tenido tan poco tiempo para jugar al aire libre como hoy día.
Diversos estudios demuestran que el tiempo del que los niños disponen para jugar en el exterior ha descendido un 71%, en tan solo una generación, y que pasan un 90% de su vida en espacios cerrados.
Los juegos al aire libre brindan numerosos beneficios para los niños.
- Hacen ejercicio, lo que mejora su desarrollo físico.
- Descargan energía y tensiones. Así, luego, en casa, están mucho más relajados y duermen mejor.
- Desarrollan su creatividad.
- Están en contacto con otros niños, lo que favorece sus habilidades y la sociabilidad.
- La sensación de libertad que experimentan al jugar de este modo, contrarresta su malestar por tener que obedecer a los mayores.
- Esta forma activa de entretenerse, evita que caigan en el sedentarismo y que abusen de la televisión.
Pero quizás todo empieza por sacudir nuestros miedos y, si nos es posible, dejarlos ir solos caminando hasta la escuela.
Alguien robó a los niños el derecho de ocupar SUS calles para jugar y los padres lo hemos aceptado. Ahora, es nuestro trabajo encargarnos de boicotear eso, e impulsar a nuestros hijos a tomarlas como los viejos tiempos.
Pipochos 