Desde el momento en que los bebés empiezan a gatear y hasta que los pies estén totalmente formados, alrededor de los cuatro o cinco años, es importante que calcen un zapato de la talla adecuada y que el tipo de calzado que usen se adapte a la forma de los pies, ya que un niño que empieza a gatear no necesita el mismo tipo de calzado que un bebé que da sus primeros pasos, o que un niño de cinco años.
Para tener unos pies sanos, el calzado adecuado en la infancia es aquel que se ajusta tanto al pie como a la edad y desarrollo de la marcha de los niños. A medida que el niño crece, también lo hace la estructura ósea de sus pies.
Es necesario comprobar los seis puntos clave que aseguran un ajuste adecuado. Estos seis puntos son los siguientes:
- Debe tener la longitud correcta y que haya espacio adicional para el crecimiento correcto.
- El ancho más adecuado y que no se ejerza presión en los laterales del pie.
- Que la parte superior del zapato cubra la zona del hueso del tobillo y no roce.
- El perímetro correcto para ese ancho y que resulte cómodo.
- El zapato debe quedar bien sujeto en la zona del talón.
- Cuando el niño camine pueda moverse con facilidad y de manera natural con los zapatos.
También se deben de considerar los modelos de calzado que hay para los peques:
Variedad de anchos. Algunas marcas disponen de una gran variedad de anchos, así como de medias tallas para que los pies de los niños consigan el mejor ajuste disponible.
Espacio adicional para el crecimiento. Todos los zapatos deben contar con un espacio adicional para el crecimiento. Así no dejan de ser cómodos y tienen un buen ajuste.
Buenos materiales. Los pies sanos tienen que transpirar y hay que protegerlos. Es importante que siempre busques calzado fabricado con piel o con otros materiales de buena calidad, que sean transpirables y con diseños que proporcionen sujeción y amortiguación en el pie, donde sea necesario.
Deportivos. Muchas marcas deportivas para los niños, son sencillamente versiones en miniatura de modelos de adulto, y no están fabricadas para la forma de los pies de los niños.
La forma de nuestro pie con arcos, a pesar de que no nos damos cuenta, determina hasta nuestra postura: la forma en que se colocan nuestras rodillas, la forma en que se ubican nuestras caderas, y ¡hasta la forma en que tenemos la espalda!
Los arcos absorben el efecto de la presión de nuestros cuerpos, arrojados a los pies con cada paso. Apoyar correctamente el arco puede prevenir una variedad de problemas musculoesqueléticos que pueden conducir a la inactividad e incluso a la discapacidad.
El pie es lo que nos permite desplazarnos con libertad, e interactuar con nuestro medio.