¿Se han dado cuenta que desde hace algunos años se han incrementado los niños berrinchudos? Este fenómeno indica que los padres están haciendo algo mal con la crianza de los niños, y es que son pocos los que marcan reglas con sus hijos.
Los niños consentidos son aquellos a los que les resuelven todo, sus padres, aunque ya son capaces de vestirse y comer, así como de tener hábitos de limpieza y cuidado de sus cosas. Además, no respetan límites y pasa desapercibida la autoridad, no les gustan los horarios ni las reglas.
Quizá como mamá o papá, pienses que la sobreprotección es una muestra máxima de amor, pero realmente le estás haciendo daño a tu hijo, pues no le das oportunidad de ser independiente.
Inconscientemente, los padres consentidores son egoístas, pues no quieren sufrir cuando sus hijos atraviesen por un problema o no quieren lidiar con algún enojo. Puedes malcriar a tus hijos de dos maneras: llenarlos de cosas materiales o haciendo cosas que ellos pueden hacer solos.
Tienes un niño consentido en casa cuando:
- Hace rabietas en casa y en público.
- Nada lo conforma.
- Desobedece e intenta controlar tus decisiones y acciones.
- No quiere compartir sus cosas.
- No ayuda en casa.
- Le tienes que insistir para que haga determinado quehacer.
- No quiere jugar solo.
- Tienes que sobornarlo con dulces, juguetes o dinero, para que haga las cosas.
Si tu pipocho coincidió al menos con una característica de las anteriores tendrás que:
- Ser firme y cambiar tu actitud.
- Cuando esté realizando algo indebido, muéstrale con voz dura, que no debe hacerlo.
- No necesitas gritar, ni recurrir a la violencia, sólo toma el papel de autoridad, que tienes como madre o padre.
- Establece castigos congruentes a las faltas que cometa.
- No castigues prohibiendo algún tipo de alimento o golosina, los castigos más efectivos para los niños son no recibir tu sonrisa, y prohibir que juegue con lo que más le gusta.
Si comienzas a hacer estos cambios, tu hijo reconocerá tu autoridad y sabrá que no siempre va a tener todo lo que desee en la vida. Habla con tu pareja para que los dos mantengan la misma posición con tus hijos, ante su mal comportamiento.