Cuando los niños dejan de ser bebés, surgen muchas dudas sobre alimentación. Una dieta adecuada permite mantenerlos saludables y prevenir enfermedades crónicas.
La alimentación tiene que ser variada y equilibrada, adaptada a los gustos del niño. Es mejor emplear alimentos de temporada.
Además de una alimentación sana, es importante la actividad física, que en niños de 1 a 3 años es el juego.
Pautas para comer bien en niños de 1 a 3 años
- Desayunar siempre, y de la forma más completa posible.
- Limitar la comida precocinada, los alimentos procesados o comidas de preparación rápida (hamburguesas, pizzas), pues contienen más grasas saturadas, azúcares y sal.
- Si el niño rechaza un alimento, no lo obligues a tomarlo. Los niños deciden si comen o no, y la cantidad que toman.
- Ninguna comida debería estar prohibida, a no ser que el niño sea alérgico o tenga intolerancia a ella. A los niños se les deberían permitir uno que otro capricho, ocasionalmente.
- No es malo comer chocolate de vez en cuando. La prohibición de ciertas comidas (dulces, refrescos, comida rápida) puede atraer la atención del niño hacia ellas y hacer que parezcan más atractivas y deseables.
- Los frutos o semillas secas son peligrosos, por el riesgo de atragantamiento. No deben darse hasta que el niño tenga cuatro años, y siempre con precaución.
- Los niños necesitan comer a menudo. Si el niño sigue con leche materna, se le debe permitir que tome el pecho, cuantas veces quieran los dos: la madre y el hijo.
- El biberón no debe usarse con bebidas azucaradas, como los jugos, pues aumenta el riesgo de caries.
- Es importante hacer de la comida un momento agradable. Los niños imitan todo lo que ven, por lo que los padres y familiares tienen una gran responsabilidad respecto a sus comportamientos.
- Lo recomendable es comer juntos, sin ver la televisión, para facilitar la comunicación.
- Tocar, jugar con la comida, es una necesidad para los niños y es la mejor manera de aprender. Necesitan practicar. Las habilidades no se adquieren de golpe, sino de forma progresiva, después de varios intentos. Deja que tu hijo coma solo, si ya es capaz de hacerlo, aunque se ensucie.
El mejor premio para un niño es la atención sincera de un adulto, que le dedica tiempo, un cuento, una broma o un juego. No se debe premiar el buen comportamiento con dulces, ni tampoco regañar, gritar, castigar o amenazar para que coma.
Es importante elogiar cualquier cosa que haga bien. Procura pedir las cosas con un tono de voz amable, utilizando “por favor” y “gracias”. Trata a tu peque con el respeto con el que te gusta que te traten.