Cuando los niños alcanzan los tres años, ya tienen las condiciones psicológicas y físicas necesarias para interactuar de forma constante con su entorno, y es durante este proceso, donde los padres deben asumir una importante labor de enseñanza y acompañamiento.
Como padre debes dar mucho cariño y mostrarles confianza y respeto a los niños, de esa forma ellos podrán sentirse seguros y tener mayores probabilidades de socializar, de forma exitosa, con las demás personas.
El entorno familiar es de vital importancia para el proceso de socialización y puede influir de buena o mala manera.
Cuando notes que el niño tiene cierta falta de autoestima, si se sienten inseguros o si son demasiado dependientes, debe actuarse cuanto antes, para detener y mejorar esa situación.
Para hacer que los niños tengan una mejor interacción, se deben promover actividades que tengan como fin fomentar la autoestima; eso puede lograrse si se le felicita y elogia, cuando hace cosas bien o termina sus actividades con éxito.
Involucrar, desde pequeño, al niño en actividades que deban desarrollarse en grupo, algún deporte o clase de baile, ayuda a mejorar las condiciones físicas de los niños, les enseña cómo ser parte de un grupo, a respetar reglas, y a trabajar en equipo, para conseguir objetivos en común.
Por otro lado, es muy importante que los padres estén en contacto con los educadores del pequeño, para saber cómo se comportan durante el tiempo que no están con ellos, en la escuela.
No se puede obligar a los niños a participar en actividades, si ellos no lo desean; debemos cambiar de actividad y tratar de averiguar la razón de por qué no quiere hacerla.