Tanto padres e hijos, deben saber que a la escuela se va a aprender nuevos conocimientos, que aporten al desarrollo social e intelectual de los niños, por lo tanto, ir a la escuela no es competir por obtener un diez, que no significa excelencia.
Las calificaciones son una medida del progreso en la adquisición y memorización de determinados contenidos académicos, es decir, son un instrumento de medición, no un objetivo. Esto es lo que debes enseñarle a tu pipocho.
Antes de avergonzarte de las calificaciones de tus hijos, debes tomar en cuenta que algunos niños tienen problemas para adaptarse al comienzo de un curso. Es importante que conozcas cómo se desenvuelven en la escuela, si han cambiado de compañeros y/o profesores, si se llevan bien con los demás niños, entre otros aspectos.
Debes saber que las calificaciones no siempre evalúan las habilidades de los niños. Los exámenes son iguales para todos y se realizan en el mismo momento. No pueden conseguir todos, el mismo resultado.
Nunca debes exigir la máxima calificación a los niños. Lo que debes valorar es el esfuerzo y el rendimiento escolar de tu hijo. Muchas veces el esfuerzo no está reflejado en la calificación obtenida.
Muchas veces, las calificaciones generan una competencia entre los niños y esto no es sano. Debes explicarle a tu pipocho que, aprobar determinada materia, no es sinónimo de aprender.
Otro aspecto que debes evitar a la hora de la entrega de calificaciones es competir con los demás padres, no es bueno que tu hijo se sienta avergonzado, si saca una calificación desfavorable, ni tampoco está bien exaltarlo tanto, que llegue a sentirse superior a sus compañeros.
Un aspecto importante es que, al saber las calificaciones, te des cuenta de las materias que más le gustan a tus hijos, pues sabrás que esos temas se le facilitarán y tendrás que ayudarlo a reforzar el conocimiento, de aquellas que no le agradan.
Si en determinado momento, tu hijo llegará a reprobar una materia, lo primero que debes conocer son las causas de esto. En primer lugar, habla con tu pequeño y, en segundo lugar, con su maestr@ o tutor@, para que te dé su punto de vista y elaboren juntos un plan de actuación.
Si la calificación desfavorable fue porque no se esforzó, debes proceder a hacer un seguimiento diario y motivarlo más hacia esa materia. Intenta que tu hijo reflexione sobre la utilidad de ésta, e investiga nuevos métodos de aprendizaje que consigan su interés en ella.