
La Inteligencia Emocional es para muchos adultos un tema desconocido, más aún para niños y adolescentes, sin embargo, el conocimiento de esta capacidad de los seres humanos es esencial para llevar una vida plena y en armonía.
Todos estamos sujetos a tener días buenos y días malos, a conocer gente que nos simpatiza y gente que no, a vivir episodios reconfortantes y otros no tanto, no obstante no todos reaccionamos de la misma manera a diversas situaciones de la vida. Por ejemplo, conocemos personas que no derraman ni una sola gota de sudor al enfrentarse a una exposición en público, pero también sabemos que hay quienes sudan en extremo, rompen en llanto, tartamudean y olvidan todo de repente. ¿Por qué ocurre esto?
No depende de nuestra personalidad ni de nuestros genes, depende de nuestra capacidad para dominar nuestras emociones. Esa es la clave para salir victoriosos de una situación estresante o simplemente para llevar una vida sin altibajos emocionales, es decir, estar en equilibrio con nosotros mismos y el resto de las personas.

Saber cómo dominar nuestras emociones dependerá de qué tan buenos somos con la gestión de las mismas, pero antes de querer controlar todo lo que sentimos tenemos que aprender a conocernos. Una vez que empezamos a reconocernos, podemos aceptarnos con nuestras virtudes y nuestras limitantes, de esta forma podemos desarrollar algo que se llama Inteligencia Emocional, en otras palabras una capacidad de la que gozamos todos los seres humanos, pero en la que muy pocos somos audaces.
Ser inteligente emocionalmente hablando es sinónimo de saber gestionar nuestras emociones para empezar a sacar ventaja de ellas mismas en diferentes situaciones. ¿Cómo que sacar ventaja de nuestras emociones? Déjame explicarte.
Nosotros los seres humanos nos destacamos del resto de los seres vivos por el simple hecho de que tenemos la capacidad de pensar, razonar y vivir en comunidad, o mejor dicho en sociedad con muchas normas que respetar sean legales o éticas.
Pero los seres humanos no sólo nos caracterizamos por ser racionales, pues también somos capaces de sentir muchísimas emociones. Al pensar, razonar, sentir y vivir en sociedad, tenemos que interactuar a diario y decisiones a lo largo de nuestra vida, desde cómo nos vamos a vestir hoy hasta cuántos hijos vamos a tener y con quién.
Las decisiones fundamentales en nuestra vida, pero éstas no se toman solas, vienen acompañadas por un cúmulo de emociones, que en muchas ocasiones no nos ayudan a discernir con claridad entre lo correcto para nosotros, los demás y el resto del mundo.
¿Ahora ya es más fácil ver por qué es tan importante aprender sobre Gestión de Emociones y sobre todo en desarrollar la Inteligencia Emocional? Y más todavía enseñar a tus hijos a ser inteligentes emocionalmente.
¿Cómo puedes propiciar el desarrollo de la inteligencia emocional en tus hijos? La respuesta es sencilla: empieza por escucharlos y observar su comportamiento en diferentes situaciones. Así te darás cuenta cuáles son las emociones que más experimenta tu hijo, cuáles son los episodios, objetos o estímulos que las provocan y sobre todo cómo reacciona.
Una vez que hayas comenzado a reconocer a tu hijo, es momento de enseñarle a conocerse a sí mismo. ¿Cómo? Cuando sientas que tu hijo no ha podido dominar sus emociones en alguna situación, por ejemplo, no ha podido controlar su enojo ante haber perdido un juego, tú puedes decirle que es momento de que pase un tiempo a solas y realizar un “examen de conciencia” sobre lo sucedido.
Para ese momento a solas consigo mismo, también puedes dejarle una pequeña actividad como escribir una carta sobre lo sucedido. Ese escrito de tu hijo no lo leerás, sólo servirá para que él pueda “vaciar” sus emociones y también aprender a conocerse”.
Después puedes hacerle un pequeño cuestionario sobre sus actos, por ejemplo: ¿cómo te sentiste?, ¿te sentiste más triste o más contento?, ¿recuerdas por qué te enojaste exactamente?, ¿te sientes culpable?, ¿pudiste solucionar algo con tu arranque de ira?, ¿crees que hiciste lo correcto?
¡No interrumpas sus respuestas! Recuerda que estás ahí para que aprenda más sobre sí mismo y no sobre cómo crees que él se siente o lo que piensas sobre su reacción.
Nunca olvides que eres un guía en la vida de tus hijos y tu función es enseñarles los diferentes caminos y darles todas las herramientas para que no tropiecen tanto por el camino que hayan elegido.
Piensa siempre en que el primer paso para abrirnos las puertas de la estabilidad emocional es aprender a conocernos para sentirnos mejor.
Fuentes
https://lamenteesmaravillosa.com/diez-reglas-para-educar-a-los-ninos-en-inteligencia-emocional/
https://psicologiaymente.com/inteligencia/inteligencia-emocional