El dentista es uno de los más temidos en la infancia, sin embargo, siempre podemos hacer algo para que tener que visitarlo no se convierta en una historia de horror para los más pequeños.

Con la llegada de los primeros dientes, el cuidado bucal no sólo es necesario, sino obligatorio tanto para el niño como para los papás, por lo cual las visitas al dentista se harán inevitables, ya sea para evitar el deterioro dental o para tratar de revertirlo como en el caso de las muelas picadas.
Las razones por las cuales asistir al dentista son innumerables, pero cada una de éstas puede generar un poco de ansiedad al pequeño paciente, mucho más cuando se trata de una primera vez y para esa ocasión son los tips de hoy.
¡No pierdas ningún detalle y en lugar de generarle un susto a tu hijo deja en él un hábito saludable!
- Ponte en el lugar de tu peque.
Recuérdate como niño y en tu primera visita al dentista, ¿cómo te sentías?, ¿qué esperabas?, ¿te daba miedo?
Trata de visualizarte para ponerte en los zapatos de tu hijo, quizás tus respuestas sean las mismas que te dará si le haces este pequeño cuestionario.
Atiende sus respuestas e identifica cuál podría ser la causa de su miedo o ansiedad, quizás solo se trate de los comentarios negativos de otros compañeritos.
- Háblale con la verdad.
Para decirle las cosas como son, primero debes saber cuáles son las ideas que tiene respecto al dentista, de esta forma podrás aclararle algunas dudas y darle más seguridad.
Por cierto, nunca lleves a tu hijo con mentiras al dentista. Muchos padres erróneamente “engañan” a sus hijos, diciéndoles que irán al parque o al cine, ¡tú no lo hagas! Sólo le estarás mostrando una imagen negativa de ti y del dentista.

- No lo “castigues” con el dentista.
A veces, sin darnos cuenta, como medida “correctiva” solemos calmar a los niños pequeños con un pequeño “susto”, por ejemplo: “si no te portas bien, va a venir el coco”, “deja de llorar o le digo al señor que te lleve”. ¡No sigas este mal ejemplo! Lo único que vas a lograr será un miedo irracional.
- Crea una asociación positiva.
Después de la primera visita al dentista, podrías llevar a tu hijo a su lugar favorito, jugar con él y dejarle una tarde llena de risas y buenos recuerdos. Con más visitas futuras, puedes emplear la misma rutina, poco a poco tu hijo sabrá que no todo es tan negativo.
- Otorga una pequeña recompensa.
Algunos están en contra de entregar premios, pero te lo aclaramos, no des ningún premio antes de tiempo. ¡Jamás se te ocurra “sobornar” o “rogarle” a tu hijo para que asista al dentista a cambio de unos dulces, dinero, juguetes, etc.! La forma correcta es entregar la pequeña recompensa luego de asistir a la visita, sin mencionarle antes que obtendrá un premio.
No todo tiene que ser material, puedes hacer una medalla de juguete y decirle que ha recibido este premio por su valor.
- Representa al dentista como un héroe.
Si hemos creado una hada o un ratón de los dientes que da premios a los niños por cada diente de leche perdido, ¿por qué no hablarle a tu hijo del dentista como un “héroe de los dientes”, que lo único que hará será protegerlo de las “caries del mal”?
- Manténlo entretenido durante la espera.
Cuando ese día llegue, seguramente los nervios de tu peque incrementarán, por eso te recomendamos que lleve algún juguete, puede ser el favorito (eso le dará valor) o algún pasatiempo que lo mantenga entretenido como un libro para colorear o un cuaderno para dibujar.
Fuentes