A un año de pandemia los más afectados son los pequeños, quienes han perdido escuela, deportes, amigos y la vida que solían tener allá afuera. ¿No será hora ya de que regresen a la vida normal?
A todos nos ha afectado esta gran pausa en nuestras vidas, las cosas más sencillas como comprar las cosas de la despensa han tenido que modificarse, y las actividades económicas y educativas se han establecido en lugares que nunca antes imaginamos.
Pero hablemos de las consecuencias que han tenido los niños en su vida a partir del confinamiento.

- Ya no hay juego al aire libre.
Los niños han perdido un lugar para jugar a las afueras de nuestra casa, pues los centros recreativos como los parques y las plazas han tenido que cerrar a causa de la pandemia, y aunque haya plazas comerciales abiertas, muchas aún restringen la entrada a los menores de edad.
Sin duda ha sido uno de los grandes impactos en la vida de los más pequeños, quienes no terminan de entender por qué ya no pueden jugar como antes, ni asistir a los lugares que acostumbraban.
- Una nueva forma de aprender.
Los niños que se encuentran en edad escolar han sufrido el cambio tan repentino en la forma de recibir la educación, pues ni los maestros ni los alumnos, en su gran mayoría, habían tenido contacto con la tecnología para impartir y asistir a clases.
Esto es un duro golpe para los padres que aún continúan asistiendo a sus trabajos y que no pueden apoyar a sus peques con todas las actividades del día. Muchos papás u otros miembros de la familia han tenido que asumir el papel de maestros y educadores tratando de explicarles lo mejor posible temas del año escolar.

- Adiós a los amiguitos.
No todos los niños tienen la dicha de tener hermanos cercanos a su edad, primitos en la misma casa o amiguitos en la misma cuadra, y aun teniéndolos a escasos metros, las visitas para juegos se han visto reducidas debido a las normas sanitarias a causa del COVID-19.
Si muchos niños asistían a la escuela por la simple razón de hacer amiguitos, ahora están pasando por un momento de angustia y estrés al no tener tiempo para ser ellos mismos con otros niños de su edad en un contexto diferente al de su hogar.
- Nuevas formas de juego, distracción y entretenimiento.
Al no poder salir casi a ningún lado y además de que la mayoría de los lugares de esparcimiento se encuentran aún cerrados, los más pequeños han tenido que trasladar su diversión a los medios electrónicos, ya sea jugando a través de aplicaciones o encontrando contenido streaming.
Ante esta situación, los papás deben ser más cuidadosos con los dispositivos electrónicos, cuentas de redes sociales y aplicaciones que dejan al alcance de sus niños, ya que la seguridad en internet aún es escasa.

- Niños más retraídos.
En el caso de los niños que ya presentaban problemas de timidez y retraimiento, ahora dichas situaciones se ahondan, pues pierden la oportunidad de tener contacto con gente de su edad y con los mismos gustos, de esta forma su seguridad y autoestima se está yendo por los suelos, en especial la de los adolescentes, pues están perdiendo tiempo para descubrirse a sí mismos.
- Estrés escolar.
El desempeño académico sin duda ha decaído en el último año, pues al no contar con clases presenciales y un profesor experto en el tema y en educación, muchos niños y adolescentes han entrado en conflicto al verse frustrados por no entender algunos temas, no poder estudiarlos por sí mismos y no contar con la orientación académica que requieren en el momento.
Junto con lo anterior, también se tiene que hablar de la preocupación de los padres al no poder acompañar o apoyar a sus hijos en sus actividades académicas, ya sea por falta de tiempo, de recursos o conocimientos. Lo anterior ha generado estrés no solo a los niños, sino en el seno familiar.

- El papel de los padres.
Dependiendo el tipo de hogar y las condiciones de los padres, ya sean económicas, laborales e incluso de carácter, los niños han tenido que redescubrir quiénes son en realidad sus padres, en el sentido de convivir más con ellos y no solo en el aspecto lúdico, sino también en el escolar y en el social.
Algunos padres, que han tenido que trasladar su trabajo al hogar, cuentan con la presión de no poder atender tantas cosas a la vez como las clases en línea de sus hijos, el apoyo con tareas, jugar con ellos y deberes referentes al hogar, trayendo como consecuencia el estrés y arranques de mal humor.
Los niños también han tenido que cargar con el cambio en la vida cotidiana de sus padres, que ahora pueden estar todo el día en casa o ausentes por cuestiones laborales.
- Cambios en el estado de ánimo.
No es fácil lidiar con el estrés, ni tampoco aceptar la nueva condición de vida, por lo cual es posible que algunos niños sigan viviendo el duelo de decirle adiós a la cotidianidad de antes y no terminen por aceptar que habrá de pasar un largo rato de la nueva realidad.
Lo anterior trae como consecuencia cambios en el estado de ánimo que ni ellos mismos pueden entender. Quizás un día se encuentren optimistas con mucha energía, pero al día siguiente no quieran pararse de la cama ni a desayunar, si esto le está ocurriendo a tu hijo puede que requiera de ayuda psicológica, pues sin duda está atravesando por un episodio de depresión.

- Trastornos alimenticios.
Al no abandonar el hogar más que para las cosas más elementales como comprar alimentos e ir a trabajar, muchas personas, incluidos niños, han modificado drásticamente sus dietas, ya sea porque la economía no les permite acceder a la calidad alimenticia de antes o porque los hábitos tales como horarios y cantidad de comida se han visto modificados.
Desde saltarse comidas hasta comer de más e ingerir chatarra son algunos de los efectos que ha traído consigo el confinamiento.
- Vida sedentaria.
Una de las consecuencias más alarmantes de este confinamiento es la vida sedentaria, si anteriormente las personas, incluidos los niños, estaban acostumbrados a un bajo nivel de actividad física, ahora este problema ha crecido, pues al no poder acceder a espacios públicos, ya sea para ejercitarse o simplemente jugar, los niños tienen que conformarse con estar detrás de una computadora recibiendo clases o simplemente viendo videos o probando aplicaciones.

Fuentes
https://www.ultimahora.com/ninos-y-los-efectos-del-confinamiento-n2930540.html
https://mutuaterrassa.com/blogs/es/blog_pediatria/gestion-estres-confinamiento-ninos