¿Está bien dejarlo estar triste?, ¿debo consolarlo cada vez que se sienta mal? La tristeza es normal, la tristeza profunda es depresión y hay que distinguirlas.

Como adultos nos cuesta trabajo controlar nuestras emociones y a veces hasta reconocerlas. En ocasiones, un momento de tristeza se prolonga y todos nuestros planes se ven frustrados, ¿sabes por qué? ¡No hemos aprendido a controlar nuestras emociones!
Ahora imagina que es tu hijo quien está sufriendo en silencio y ni siquiera sabe por qué se siente así. Cuando somos muy pequeños, difícilmente sabemos en qué día vivimos, y peor aún no sabemos reconocer nuestras emociones y mucho menos controlarlas. Por esto es muy importante que te tomes el tiempo necesario para sentarte un momento con tu hijo y ayudarlo, no sólo a saber cómo se siente y por qué, sino también a sentirse bien.
- Enséñale a reconocer sus emociones.
Un niño serio o callado no siempre es sinónimo de un niño triste. Pueden ser mil motivos los que hagan que tu hijo se sienta “diferente” a otros días y aunque quiera decirte, no tenga las palabras adecuadas para describir lo que tiene. Este es el momento en el que tú debes intervenir.
Permítele que pase del “me siento raro”, “con ganas de llorar”, al “estoy triste”, esto te ayudará a actuar mejor y levantarle el ánimo. Para llegar a este paso, es necesario que aprenda a reconocer las diferencias entre estar triste, enojado, cansado, aburrido, irritado, entre otras emociones más.
Por ejemplo, una forma de ayudarlo a reconocer sus emociones es a través de situaciones, mediante dibujos animados, que tengan relación con las emociones.
- Ayúdalo a controlar su tristeza.
No siempre es fácil y por supuesto no siempre se logra. Como adultos, al estar tristes a veces sólo necesitamos un momento a solas, ¿pero esto es lo más recomendable para tu peque?
Siempre será importante y necesario que le dejes familiarizarse con una emoción y que también le des tiempo a solas, pero tampoco debes abandonarlo por completo y dejar que sufra solo. Dependiendo la causa de su tristeza, deberás acercarte a él o ella.
Suponiendo que tu hijo está triste por un regaño en la escuela, en lugar de castigarlo ayúdalo a superar ese episodio y sacarle algo positivo al asunto.¡Esta estrategia le ayudará a aprender a controlar otras emociones!

- Escúchalo e investiga la causa de su malestar.
Lo mejor que puedes hacer cuando tu hijo está triste y en cualquier otro momento de su vida, es escucharlo. Aunque no se sienta de ánimos para hablar, motívalo a que confíe en ti y sepa que lo único que buscas es ayudarlo a que esté bien.
- Levántale el ánimo.
¡A todos nos encanta recibir una dosis de alegría cuando atravesamos momentos de angustia, estrés, desesperación y tristeza! Dale alegría a tu hijo. ¿Cómo? cocina para él su comida favorita, llévalo a su lugar favorito, dale muchos abrazos y apapachos, juega con él, vean una película juntos, vayan por un helado.
¡Hay más de mil cosas que puedes hacer para alegrarle el día a tu hijo! No hay nada mejor para la tristeza, que muchos momentos alegres.
- Dile lo especial que es.
Las palabras de aliento siempre son bien recibidas. Sin importar la causa de la tristeza de tu pequeño, tómate unos minutos para recostarte junto a él y decirle lo importante que es para ti, lo mucho que lo quieres y lo feliz que estás por su existencia.

Fuentes